domingo, 30 de septiembre de 2012

Celebración del voto femenino y homenaje a Clara Campoamor

El Derecho de las mujeres al voto se introdujo en España gracias, casi en exclusividad, a Clara Campoamor quien, una vez nombrada para formar parte de las Cortes Constituyentes de la República, pronunció su célebre discurso ante el Congreso de los Diputados el día 1 de octubre de 1931.

Tal discurso supone una pieza cuya lectura es absolutamente recomendable, ya que posee una pasión, una fuerza, una corrección en el manejo del lenguaje, un poso cultural evidente y un canto a la Libertad que, ay, se echan de menos hoy día, en que me ahorro los comentarios sobre nuestros oradores políticos.

El discurso comienza con preguntas retóricas, que constituyen un “espejo” que Clara Campoamor puso frente a los que negaban el derecho al voto de las mujeres en España. Salpicado de citas literarias (Anatole France) y políticas (Victor Considerant), intenta y consigue desmontar, uno por uno, los argumentos contrarios al voto femenino en nuestro país. Maneja datos estadísticos del analfabetismo de hombres y mujeres (mayor el de las mujeres, pero también el que más rápido descendía de año en año), y esgrime la Libertad como principal arma contra sus adversarios en esta lid, que, (“Oh, sorpresa”), estaban encabezados ¡POR UNA MUJER! Y es que frente a Clara, la persona encargada de oponerse al voto femenino fue nada menos que Victoria Kent. No lo hizo por principios, obviamente, sino por un sentido utilitarista del voto: entendía que, al suponer a las mujeres más inclinadas hacia posiciones conservadoras y más influenciables por la Iglesia Católica, el otorgarles derecho al voto suponía tanto como otorgar ventaja a posiciones contrarias a la República.

Por el contrario, Clara Campoamor pensaba en términos de principios (otra vez los principios), y pensaba que la mujer tenía derecho a votar, fuera cual fuese el sentido de su voto, porque, según dijo de sí misma: “yo, señores diputados, me siento ciudadano antes que mujer”.

En fin, quiero terminar esta breve reseña de la vida apasionante de una mujer fuerte, luchadora, cuyo nombre ha pasado a la Historia mas creo que no se valora en su justa medida, y que, en una época convulsa le tocó, junto a otras mujeres, pocas, elevarse un poco por encima del resto (o sea, los hombres), y dar una lección de fe en unos ideales, consecuencia con los mismos, y un inquebrantable sentido de la Justicia.

Finalizo con unas líneas que son ilustrativas:

.- La prensa del día 2 de octubre de 1931, esto es, el día después del célebre discurso de Clara Campoamor ante las Cortes de la República, silenció su nombre.

.- Finalmente el voto femenino fue introducido en la Constitución de 1931 con el siguiente texto: “Los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de 23 años, tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen las leyes.”

Clara Campoamor murió en el exilio, en Suiza, habiendo ejercido como Abogado hasta que la vista se lo impidió